Aparta de mí, mi cuerpo…
Antorchas incinerantes de lodo,
mis manos claman al Cielo
los perdones ya consagrados…
Llámame cuando el sol desangre…
Llámame cuando la agonía se acabe…
No hay huellas, ya,
en los caminos de mi Océano;
La mañana ha escapado,
oculta en el pecho de mi noche…
Y, dónde sentir que el lugar es éste?
Y, dónde guardar los tesoros,
de
la hoguera de nuestros sueños
no-soñados?
Permíteme que exilie mi alma
en el horizonte perfecto de tu
partida;
Auséntame, tras tus pasos,
Evapórame, tras tu niebla…
Soy:
Mi alma, que deambula por la llaga
del
murmullo;
Soy:
La várice atascada
en la demencial carrera
contra
el viento…
Déjame, liviano como el humo,
flotar
en los colores del alba….
- Soy el vil
embrion de las almas
habitantes
de todos los espejos –
Llámame cuando la agonía acabe…
Aparta de mí, mi cuerpo…
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