Ah! Maga!
¿Cuánta
agonía mastican tus dientes en cada poema?
¿Cuánta
soledad bombea mi corazón, arrancado de cuajo?
Deja
escurrirse s u a v e m e n t e entre tus labios
las
lágrimas que el espejo ha escupido en el sendero…
Mis entrañas en tus manos,
Maga. – Mis entrañas en tus manos –
Has
murmurado a la sombra de tus días, -
alguna vez -
que
la jaula se ha volado porque ya es pájaro.
Ah! Maga!
Toma
como ofrenda mi corazón,
Y m a s t i c a
tu
sed de empacho
tu
sed de paz
tu
sed de hambre…
Ah! Maga!
No
importe, ya más, la luz;
No
importe, ya más, el “ausentarse”…
Bebe
mi sangre tibia, mastica el dolor de mi carne…
-
Yo he encontrado la lagrima del Fénix
E
n t r e m e z c l a d a
en la lluvia de mi desangre… -
Qué te puedo decir... por ahí lo comenté, pero daban ganas de leerlo nuevamente. Un abrazo.
ResponderEliminar