Un Dios ficticio –inventado/evocado, desde el principio – deja a la luz del Sol,
una chírrida flatulencia
que
P u l v e r i z a
los Cielos limpios de cada hermano.
¡Ah!! Cruces que se cruzan el los cruces de la memoria!
¡Ah! Cristos cristianizados y muertos/vivos, según su historia!
La llave del tesoro no estaba allí…
La
llave
del
Tesoro
está
en
los náufragos…
¿Me das la mano? – Me diste la mano –
¿Me das el Alma? – Me diste el Alma –
Somos un conglomerado de penitencias (nosotros, vosotros, ellos)
que se jactan
de ser
los Anárquicos inquisidores de las miserias.
Somos:
Los Blancos Cruxados de “Las mil vergas” (Salut, Apollinaire)
Somos la bestia que coagula sangre y oxigeno en los rincones ocultos de cada poema.
- Una manzana venida sandia, a los pies desnudos de un sauce seco -
Nuestros dedos – como larvas – se enredan
buscando
La Nota
en el Arpa ajena.
No somos Ángeles. ¡No!
No somos Quimeras. ¡Menos!
Somos la pesadilla de los sueños implorados por el insomne.
- La visión del lago, tras la montaña de mierda del desierto.-
Somos la lágrima inconclusa, de la impotencia del grito ahogado.
*“Hay hordas de chicos malos, con sus camperas de cuero,
Metales brillan al Sol,
P r o v o c a n d o
E l M u n d o N u e v o ”
( * “Mundo Nuevo”
Pappo’s Blues)
¡Ah!
¡Caleidoscopio de la insomniencia!
Un Dios sonámbulo, deambula por entre las venas
de las carnes
que
apaciguan
nuestro esperma.
Un Dios semi/crucificado
babea la baranda
de este Mundo -Dando pena -
S O N A M B U L O S
No somos Ángeles. ¡No!
No somos Quimeras. ¡Menos!
Somos:
Los Blancos Cruxados de “Las mil vergas” (Otra vez, Salut, Apollinaire)
Somos la bestia que acerca sangre y oxigeno a los rincones ocultos de cada poema.
Fotografia: "Prisioner" MISHA GORDIN |
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