I
Muro sobre muro mis pesares,
creando la muralla de mi alma…
Ah! Jamás de los jamases
se habrá hablado nunca;
de mi Uruk formada piel,
de la piedra de mi carne!
Traen los Dioses de los sueños,
presagios del reflejo de mi sangre;
Doma! Hembra de manzanas compartidas,
los fragmentos del salvaje de mi estepa!
Coagula! Con el sexo endiablado de tu esencia,
un solo hombre,
un semi-Dios a partir de mis mitades..
II
Agua de mi entraña hecha espejo,
lleva luz al abismo de mi adentro;
Cuántas luchas sangrara mi propia sangre?
Qué combates sortearán mis habitantes?
Partiré, cabalgando en la noche de mis días,
hacia el bosque que en mi mente forma bestias;
III
Qué artimañas de los Dioses, forman dudas,
en las venas que vacilan mi destino?
Quién procura aliviarme la tarea,
y entre sueños, me advierte del peligro?
Ah!
El coraje enmudece con bramidos,
esos ecos que retumban en mis sienes!
He de ser, sin ayuda de los Dioses, el elegido,
el más bravío,
y glorioso, de mis gentes..
IV
Ven a mí! Bestia inmunda que mi sangre ha escupido!
…Azótame;
Y verás, en mi espada tu
designio!
Asiré, de tus astas, mi destino,
y con mis manos
daré muerte
a la peste en el delirio!
Arrancado el corazón
que antes bramaba,
lo arrojaré hacia la máscara
de las lágrimas!
Ah! Maldición de los
labios de la derrota,
se sonríen mis
habitantes a carcajadas!
V
De raíz, cortaré un árbol
como ofrenda,
y tallaré en él, una puerta hacia los Dioses!
Navegante de los ríos de mi sangre,
será entrada a un mundo de verdades….
VI
Quien serás,
hembra-serpiente que me insinúas,
ofreciéndome tu cuerpo
ya poseído?
Aléjate del sexo
limpio de mi carne,
que mi gloria ya no
bebe tus favores;
Maldíceme, a mí, y a
mis pasos vacilantes!
Que tu peste caiga como
lluvia de puñales!
He vencido la amenaza
de la bestia,
y su ama ha proferido
sus verdades;
Mi llanura, secará
como desierto,
con las aguas
florecidas de ausencias….
Para qué, Cielo mío,
he combatido,
a la muerte, propinándole
la muerte?
No es el fin del
camino el ocaso?
No persigue, a mi
sombra mi presencia?
Ha borrado, la
venganza de los Dioses, el camino,
que guiaba mis pasos a
su morada;
Un dibujo de mis sueños
se lo ha dicho,
a mi amigo, compañero,
cohabitante…
VII
Ah! Gimen los Cielo,
maldiciones extraviadas;
y se clavan, como
flechas, en la frente del espejo,
Qué mitad de mí,
merece misericordia,
si es que a las
bestias desangramos ambas?
Huérfana de bendiciones,
perecerá una mitad mía,
librando en un lecho
de miserias,
su última batalla.
VIII
Ábranse los Cielos, a
la muerte maldita de mi sangre magra!
Ciérrese a su paso, la
puerta endemoniada
que he abierto entre
dos mundos!
Lo salvaje que me
habitaba se ha vuelto lágrima,
en la estría más
sangrante,
del fondo
de mi Alma…
Acompañen los Dioses,
el navegar errante,
de mi reflejo hecho
carne, en el Limbo de los mártires…
Y que sea lluvia en el
desierto,
cada murmullo de ese
mundo incomprendido!
Y que florezca como
helecho en primavera,
la melena de este León,
a la Muerte rendido..!
IX
No será toda mi Alma,
almuerzo de Muerte,
como lo fue, bajo mi
carne, mi espejo profanado;
Encontraré tras las
montañas donde el Sol nace,
a quien, de las aguas
eternas emergió,
e inmortal permanece…
Ah! Sendero oscuro, de escorpiones semi-dioses
semi-seres;
Guíame al lugar en que el desierto,
deja paso,
a la pradera verde…
X
Ante ti, Hombre/jamás/muerto, he traído mi pedido,
de revelación del secreto a tu noche amanecido;
No en vano, he cruzado yo los mares,
donde las aguas, a los hombres engullen siempre;
Inmortal, ha de ser mi carne;
Jamás mis ojos han de ver la mascara de la Muerte!
XI
Hombre no-muerto,
Hombre Lejano; el Dios del Sueño ha bajado mis parpados…
Ya nunca revelado será, el tesoro de tu vida eterna,
pues mi carne débil no ha sido agua que
apague tu hoguera;
Pero, concédeme la dicha, mas no sea,
de ver mi piel joven,
volviendo
tras mis fronteras.
Del fondo de todos los ríos, desclavare la
flor de adolescencia,
y beberé su agua mágica,
y volveré joven mi esencia…
…..
Oh! Dios de todos los Dioses!
Pesar de todos los Pesares!
Quién eres, Hembra Serpiente, que me robas,
el secreto de la piel vuelta a parir?
No dejes a mis pies tus escamas muertas,
y déjame llorar, a ríos, mi derrota!
Dos veces, El Lejano, me ha puesto a prueba!
Dos veces, mi carne mortal no ha podido ser otra!
XII
Mortal, he vuelto, a
las murallas de mi Aldea!
Y tras los muros de mi piel,
el reflejo aun
resurge;
A fuego candente, he tatuado en mi mente,
los secretos no
revelados,
el inframundo de mis
sienes…
Mas, no está, en el
aire, el olor de mi Muerte;
Inmortal seré hoy y ahora;
en mi eterna Uruk,
y
en las voces que me cuenten…
Inmortal
seré, en la lluvia y en la sangre;
En
la poesía y en la búsqueda;
y en el viento,
por Siempre/Siempres ….
loco sos un hijo de pu/esía importante!ta q t poesió valva,touché!
ResponderEliminar¡Qué poema! Épico, muy sólido, logra puntas impresionantes. Un gran, pero gran poema.
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