Ojos de perdición. Manos pulidas.
Suspiros calidos.
Ángeles danzando, por entre los sueños que todos soñamos.
¿Quién pudiera despertar de las garras inviolables de nuestro último chofer?
De nuestro ultimo barquero,
Del GPS del “corruptible” Caronte…
Un Óbolo deberé pagar!
-Y el metal durmiendo bajo mi lengua-
Un Óbolo para no vagar
Cien años
sobre mis propias riberas.
Ojos de perdición. Manos pulidas.
Suspiros calidos.
-Un río se cuece, helado, a ambos lados de todas mis grietas-
-Un coagulo embrutece mi sangre, seca mi Cielo, estría mis venas-
“Brillo intenso” de Hades! Guiador de las sombras!
Paridor del naufragio!
Atraca tu barca oscura sobre mi sombra;
Tus demonios sobre mis Almas,
Tu figura y tu mugre sobre aquellas heridas,
que aun mi pesadilla añora…!
Un Óbolo deberé pagar!
-Y el metal durmiendo bajo mi lengua-
Un Óbolo para no vagar
Cien años
sobre mis propias costras!
Aqueronte llamaban a Tu Río?? - Ja! -
Aqueronte se llama Mi Sangre;
Y por ella navego la herida,
cCon una moneda buscando verdades…
- Aqueronte se llaman mis días –cada uno-
- Y sin Barquero- los voy muriendo,
- Y sin Barquero - aun así -
mis cuatros huesos flacos, aguantan las tempestades.
Ruin viejo de la moneda como dadiva divina.
Apestoso mendigo de estertores eternos.
Encuentras en mí una mirada calida,
Una mano extendida,
Y un Alma indefensa…
Un Óbolo deberé pagar!
-Y el metal durmiendo bajo mi lengua-
Un Óbolo para la paz!!
(Ruin ventajas de las quimeras)
Caronte! – Caronte era tu nombre –
Aqueronte! – Aqueronte era tu río –
Y Aqueronte eran mis venas;
He aquí,
que mis cuatro huesos flacos aguantan tus embestidas;
Ofreciéndote un Óbolo
digno de tu pasaje,
de tu estampa, y tus miserias.
Un Óbolo merecido por ti, -un conejo de la galera-
Un Óbolo Guardado por entre
y entre
el lugar mas oscuro
de mi
entrepiernas…